¿Cómo queda Chile frente al rendimiento de los mercados emergentes?
Mientras que el FMI espera que este año Chile crezca 2,4%, los mercados emergentes lo harán a un ritmo de 4,2%. Sin embargo, el PIB per cápita local es superior.
Por: A. Santillán y C. Vergara | Publicado: Jueves 2 de enero de 2025 a las 17:30 hrs.
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La economía chilena avanza hacia un positivo balance 2024 si se compara con el resultado de un año antes. Tras un débil 0,2% de 2023, todas las proyecciones apuntan a que habrá retomado su ritmo de expansión tendencial en torno a 2% e, incluso, las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) consideran la opción de crecer 2,5% y un 2,4% en el ejercicio que se inicia.
Lo desafiante es que se trata de cifras parecidas o levemente por debajo de lo estimado para América Latina -que promedia un 2,1% regional para 2024 y 2,5% para este año- y distante de lo que otros mercados emergentes y economías en desarrollo, que tendrán una expansión de 4,2% para el ejercicio.
Para el economista y socio de Geminis Consultores, Alejandro Fernández, en principio todos los países que están englobados dentro de la categoría emergentes -aún en la medianía de PIB per cápita- deberían tener el mismo objetivo de alcanzar a los más desarrollados y acortar la brecha que hay con ellos.
Ante ello, tiene sentido comparar a Chile con otras naciones similares, pero no necesariamente en su opinión significa que se tenga que aspirar a crecer a las mismas tasas que ellos, ya que existen diferencias tanto en la geografía como en su estructura productiva.
“Pero, sin duda, el estar por debajo de los mercados emergentes es un motivo que alguna preocupación debería generar”, señaló.
El economista apuntó a que incluso en algún momento Chile estuvo acortando la brecha con el grupo de países más avanzados, pero que factores como el estancamiento de la productividad, la permisología y la rigidez del mercado laboral no permitieron lograr reducir la diferencia.
“Es ciertamente un motivo de preocupación y que explica por qué nos hemos acercado a América Latina, lo que es malo porque tiene un desempeño que ha sido de los peores -salvo el África subsahariana- en la última década e históricamente ha sido un continente o un grupo de países que ha tenido un mal desempeño económico”, explicó.
El economista senior de S&P Global Rating, Elijah Oliveros-Rosen, comentó que sus proyecciones para la economía chilena para 2025 es de un crecimiento de 2,2% y un promedio de 2,4% en los próximos tres años, estimado cercano al crecimiento potencial del país.
Apuntó que, en el caso de Chile, los factores demográficos son menos favorables que en otros mercados emergentes -como, por ejemplo, India-, que tienen mayor crecimiento de la población y, en consecuencia, de la fuerza laboral.
Sin embargo, indicó que en términos del PIB per cápita, Chile está más alto. De acuerdo con las cifras del FMI, el indicador -medido en dólares corrientes a paridad de poder de compra (PPP)- alcanzó los US$ 33.574 el año pasado, mientras que en los mercados emergentes y economías en desarrollo fue de US$ 17.062.
“Cuando un país se encuentra en una etapa más avanzada en su desarrollo económico, lo cual es reflejado en un PIB per cápita relativamente alto, las tasas de crecimiento económico tienden a ser menores. Esto es debido a que las oportunidades de crecimiento en sectores desarrollados son menores que en los sectores menos desarrollados donde los retornos iniciales a la inversión son altos”, explicó.
Productividad y estabilidad en políticas
Oliveros-Rosen señaló que para incrementar el crecimiento económico en Chile, es clave impulsar la productividad laboral -con énfasis en el sector no minero-, considerando que el país tiene un crecimiento de la población relativamente lento y un PIB per cápita más alto que la mayoría de los emergentes.
“La productividad laboral en Chile pasó de un poco más de 2% en la primera década de los 2000, a un poco menos de 1% en la última década. Esto se compara con una productividad laboral promedio de cerca de 2.5% en las economías emergentes”, dijo.
Fernández, por su parte, consideró que no se debe seguir el ejemplo de un país específico, sino más bien la consistencia de las políticas.
Cambiar la idea de un gobierno a otro, destacó que "eso genera incertidumbre, genera inestabilidad, un freno absoluto a todas las ideas o inversiones que se podrían desarrollar”.
Además, advirtió que si bien el éxito que tuvo Chile en los 90 y principios de los 2000 fue en parte con que “se hicieron las cosas bien o bastante bien”, también fue por un entorno global más favorable.
La expansión de la globalización, con la incorporación de los países de Europa del Este y China llevaron a los mercados globales a crecer de manera importante y le dio oportunidad a los países pequeños como Chile.
“Lo que se ganó en esos 20 años, ya está ganado. Ya no hay más que ganar ahí y por el contrario, estamos viendo un poquito un retroceso de la globalización política, más nacionalista y proteccionista. Va a ser más difícil”, dijo.